Siento el corazón apretado. Las cosas no salieron como esperaba. Lo que debía ser un discurso emotivo terminó siendo casi un reto. Aún me duelen los pies de la caminata de vuelta y sí, siento pena y quizás cuando describa el porqué, les va a parecer tonto, pero yo me tomo la vida demasiado en serio y me frustro con facilidad.
Resulta que hace un año o más formé parte del TRICEL (tribunal calificador de elecciones) en la escuela en que esta mi hijo, con el claro objetivo de, valga la redundancia, realizar las elecciones y sacar una nueva directiva más representativa que la anterior. Los motivos no vienen al caso y dan para un eterno discurso.
Las elecciones se desarrollaron, la directiva asumió, no sin uno que otro inconveniente, pero asumió. Al cabo de un tiempo la gente sin renunciar legalmente se fue bajando de sus obligaciones y dejó la organización a la deriva y dependiendo de una sola cara visible, la presidenta y bueno, cuento corto, todo se
“chacreo” nuevamente.
Hace menos de un mes la presidenta del CEPA (la que quedó sola) en una asamblea puso su cargo a disposición de los socios (apoderados) y yo volví a formar parte del TRICEL y con otras dos mujeres tuvimos “la gran idea”: pedir en dirección la autorización para interrumpir las reuniones (hoy) del primer ciclo (kinder a cuarto básico) con un llamado de campanas, tras el cual salieron todos los apoderados al patio de la escuela ¿para qué? Para enterarlos de la renuncia de la presidenta y de las elecciones por venir,
así como también entusiasmarlos a presentarse como candidatos. Fue justo en este último punto donde estuvo la carencia, y es que mi compañera, la Tere, con los nervios se embaló de forma tal, que pareció más bólido o una metralleta, que una dirigente motivadora, y toda la preparación
“se fue a las pailas” cuando,
"en menos que canta un gallo", había puesto todos nuestros argumentos en el aire sir recibir ni una señal de apoyo. Todos los asistentes mudos y con caras desorbitadas.
Sé que pude haberla interrumpido pero no tuve tiempo, no me dio lugar y cuando al fin me hice del micrófono sólo me quedaba sintetizar un poco lo mismo que ella había disparado de forma más pausada y nada, ya era tarde.
En fin… sentí que nuestro emotivo discurso, quedó sólo en la intención y lo que hicimos fue retar a la gente. O sea, lo que empezó con el pie derecho, hoy parece haberse empañado y hasta este momento sólo me atrevo a decir que marcamos un referente de algo nunca antes realizado en esa escuela. Nada más. En todo caso, para bien o para mal, nos queda la reunión del segundo ciclo el próximo miércoles.
Eso era, necesitaba desahogarme.
Se despide una ticha frustrada, una ticha que siente que su sueño de que llegue el día en que la gente se haga cargo por si sola de su vida en totalidad y se organice sin depender de otros, se evapora
Se despide una ilusa.
Salu2.
(como odio la cultura farandulera y copuchentista en que vivimos, onda cagate al de al lado pero no muevas un dedo por cambiar nada).