4/28/2006

¿No fue suficiente...?

Estarán empeñados en partir en dos el alma de nuestro pueblo...

Juegan con los sentimientos.
Matan... dejando (como alma) en pena a gente que vive.
(Cor relación a los errores del patio 29)

Mañana de día me voy a Concepción... de vuelta (algo como "la vuelta del perro") pasaré a Temuco a hacer unos trámites y sobre todo a ver a mi familia.
Darío no va conmigo.
A pesar de saber que está en buenas manos (con su padre), siento miedo... no de lo que le o me pueda pasar, sino de estar separados.
Él es una extensión de mí. Tras sentir esto, sé que debo acotar mi existencia.

4/25/2006

La casa de Andrea

La enseñanza básica la hice en dos escuelas públicas de Temuco. Así, el primer año básico lo realicé en la D 497 o Marcela Paz y era un curso mixto, compuesto por tres niñas y once niños. Las tres niñas éramos: Carolina, Andrea y yo. Carolina era la más flaca y alta, solía comportarse histriónica y divertida, siempre haciendo tallas, alegre y optimista. Andrea, la más chiquita de las tres permanecía sumisa, callada, tranquila, muy tranquila, casi ausente. Sobre mí diré que mi personalidad andaba más cercana a la de Andrea pero compartía mucho más con Carolina y no era tan bajita como Andrea, ni tan flaca como Carolina.
Por alguna razón hoy, mientras cocinaba, hice una asociación. Y es que la casa de Carolina, a la cual fui varias veces, estaba dentro de un patio grande, bien grande con unos cerezos casi patrimoniales a los que ella me enseñó a subir. También recuerdo que alguna vez al salir de clases nos fuimos juntas a Av. Balmaceda, que quedaba cerca de la escuela. Nos fuimos a recoger castañas, falsas castañas o "del chanco" como le decían y ella no conforme con las que yacían tiradas, empezó a soltar otras lanzando proyectiles a los árboles. No sé cuánto rato pasó, pero mi mamá estaba enojadísima y su mamá parece que se quejó con la profesora.
En cambio, de la casa de Andrea tengo un solo recuerdo. Recuerdo un pasillo oscuro, una madera de cholguán y al fondo una pieza incierta. Andrea me miraba con sus grandes ojos y dentro de la oscura habitación sólo un objeto parecía reflejar luz o tener color. El oso de peluche que nos regalaron a cada una en la fiesta de finalización del primer año.
Es por lo menos curiosa esta relación: forma de vida – personalidad de quienes fueron mis compañeras en 1986.

la foto la debo... o mejor dicho, me la debo, porque no la encuentro.

4/24/2006

Le di la espalda y me aceptó.

Necesito encontrar otro trabajo pronto. Uno que me tenga más ocupada, que ocupe las rendijas que deja el administrar la casa o voy a sufrir las consecuencias de quien piensa mucho y produce poco.
Del ocio, aunque sea necesario y entretenido, no se cosecha nada bueno.


Ayer mi cámara se puso porfiada y no hacía caso a lo que le programaba.
Pero a porfiada, porfiada y media y cuando le di la espalda disparó el flash (y era para evitar ojos rojos).

4/21/2006

Pajeo matinal

Hoy día amanecí a lo menos, como diría Patty Perez: pajera.
Eso mismo, amanecí con paja, para quien no entienda o quiera entender otra cosa: con flojera y desgano. Lo bueno “ERA” que estaba Jan y me podría regalonear y todo iba bien hasta que "sacudió unas migas de sobre la cama", tirándolas al piso en vez de aspirarlas. Sí, tal como se lee, eso fue fatal... y es que, casi no hay nada más odioso que limpiar bajo nuestra cama pues, ésta no cabe dos veces dentro el dormitorio y la muy inútil tampoco tiene patas, es lo que llaman "americana", por lo tanto, tampoco se puede revisar bien sin moverla, en fin… pasó que me desanimé más y el hecho que estuviera Jan, ya no "era" bueno.
Salí…
Pocos tenemos la suerte de saber lo estupendo que es caminar cuando algo nos molesta.
Me fui por Yungay directo hasta Chacabuco, porque iba al BCI que queda en esa calle, pero llegando a San pablo.
De primera seguía pasando revista a mi repugnante mañana, sin embargo, de a poquito la nueva escenografía me fue absorbiendo, y los sonidos entrecortados que emanaban de las puertas abiertas de las desconocidas casas de Chacabuco, fueron como un bálsamo, una anestesia que me hipnotizo, sacándome del plano real, al imaginativo y así me dedique a observar como cambia la arquitectura y el ornato a lo largo de una misma calle.
Al comienzo (norte), es más residencial, por lo mismo las casas están más pintadas, de hecho están muy coloridas pero tienen muchas rejas (puertas y ventanas), tienen jardines en la vereda con flores y todo y muchas veces plantas en las ventanas.
Luego viene una o dos cuadras un poco menos ornamentadas, más discretas y con algunos locales de servicios como ínternet y otros. Por último, llegando a San pablo, casi han desaparecido las rejas, en cambio, el aspecto deja mucho que desear, las pinturas están desgastadas y no hay ornamentación y sí basuras en las veredas y rallados en las paredes. Hay mucho más trajín y hasta algún ambulante.
A esta altura mi nivel de abstracción es tal, que pasé del BCI como si nada y cuando estoy a punto de cruzar San Pablo, veo en la esquina, en el letrero de la enumeración que me pasé, retrocedo un poquito y ahí está por la vereda del frente, nada imponente, sino más bien feito mi destino.
La cosa es que hago el depósito y a pesar de que tengo un pequeño accidente, decido volver por Herrera (paralela a Chacabuco), específicamente por la “feria de Herrera” y ahí voy de nuevo hipnotizada, pero esta vez por colores y texturas procedentes de frutas y verduras que brillan frente a mis ojos. Compro un kilo de peras por aquí, uno de limones por allá, unos pepinos (si mi suegro leyera diría: guacala!!!) una acelga superdotada, enorme e incomodísima y por último una lechuga también gigante. Entonces decido que estoy lo suficientemente cargada. Y con la acelgota en un brazo y los varios kilos en la otra mano, emprendo el viaje de regreso, el cual no logra cautivarme y por el peso de las compras se me hace eterno, no hay sonido, ni imagen que pueda sacar a mi cerebro del pensamiento constante: quiero llegar luego.
Poco más de la mitad del trayecto estoy acalorada y me acuerdo de algo que me causa risa. Es tan incómodo aguantarse una carcajada. Me acuerdo de un día cualquiera en que alegaba que “me traspiraba el bigote”, haciendo alusión a que estaba acalorada.
Pronto paso por fuera de una carnicería que está a tres calles del condominio (me queda poco) y recuerdo que Jan había dicho que de vuelta de la feria podía pasar a comprar carne, que creeerá... que soy un ¡¡¡pulpo!!!. Maldición… ahora si que no aguanto el deseo de reírme, sin embargo, me acuerdo que cuando llegué a vivir al último barrio en Temuco, alguna vez no aguanté mis incoherentes e irónicos pensamientos y me reí sola en la calle, donde aún no me conocían y al tiempo me enteré que las demás niñas de mi edad (10 años) hablaban de mí como “la loca”. Además con los años no serían las únicas que me tildarían así, me costó mucho quitarme ese “seudónimo” de encima en el liceo y creo que fue por lo mismo. No, definitivamente no era buena idea resucitarlo.
Me aguanté la risa y llegué a casa cansada y medio disgustada nuevamente...
¿Cómo pueden unos pequeños químicos en nuestro cerebro hacernos sentir tantas cosas tan distintas entre si y en tan poco tiempo?

4/19/2006

Soy una madre angustiada :D

Darío acaba de sorprenderme. ¡¡¡Qué miedo!!!
Por acá, por acá… le decía yo, refiriéndome a que nos fuéramos por la vereda hasta la siguiente entrada del condominio. Sin embargo, él hacía alusión a que iba a entrar por la primera entrada. No le hice caso y seguí caminando, convencida que al ver que no entraba con él, se iba a devolver conmigo.
Tamaña fue mi sorpresa cuando este “chupi pelado” se metió no más por la primera entrada y se fue por el pasillo interior <<"sin mí">>.
No sé como expresar aquí, mi sensación de angustia por caminar media cuadra separada de mi hijo, sabiendo que él iba solo, por un pasillo oscuro y feo (se que estoy exagerando, pero créanme: es necesario), no me di cuenta como aceleré el paso tras oír al conserje de la primera entrada decir: se fue por dentro.
Claro que por lo visto yo no fui la única anonadada con la situación, porque si yo fui acelerando el paso conforme avanzaba, por lo visto el corrió porque igual llegó antes que yo y me estaba esperando en la escalera de la segunda entrada. Y con una cara de sin vergüenza este “DIGO-chupi-pelado”.

Chupi enojado y Darío que no sé como diantres lleva la chomba con el cuello en la cintura

Supongo que debo acostumbrarme a que los bifurcados caminos de la vida se dediquen a separarnos para que algún día él cual flecha salga disparado y me deje mirando el horizonte.
¿O no?

El otoño

¿Cómo estarás... cómo te estará yendo? Cuando entres por esa puerta, veré tu cara y sabré todo cuanto hay que saber, que decir y que hacer...
Lo que no sé es que harás tú o que me dirás... ¿Por qué no puedo ahora mismo adivinar? ¿Cómo estas... cómo todo resultará? Y lo que me tortura es que saliste desanimado y resignado, eso es poco recurrente en ti... diablos!!! ¿Cómo te irá a ir?

4/13/2006

Pascua del ¿conejo?

Por aquí pasó un conejito y no se si decir que era ponedor o qué… la cosa es que regó de huevitos el departamento (los traía de la ¿esuela?).
Ojalá esta sea una saludable y relajada Semana Santa, libre de accidentes de todo tipo, donde todos y cada uno se acuerde de no hacer nada y sí pensar en todo.
Y ojalá nadie se indigeste de chocolate, que aquí lo haremos por todos.


y este sí habla inglés.
Salu2,
Ticha.

En MSN:

(a mí)
-hoy se come pescado
(a mí)
es jueves santo!
(yo)
a verdad, se me había olvidado (la verdad es que para el caso da lo mismo, es muy raro que yo cocine con carne)
(a mí)
no me puedo portar mal, no te puedo jotear
(yo)
acuérdate que no soy muy creyente
(a mí)
sí, tú crees en la reencarnación
(yo)
claro, sobre todo en la de la suciedad,
(yo)
porque por más que limpio vuelve a aparecer.
(a mí)
jajajaaaa! es el mejor ejemplo de que es real.

me pone feliz el color gris.

Ayer mientras hacía el aseo del balcón, sentía el "olor a lluvia" y en todo mi cuerpo se sentía la ansiedad y la tensión que esto producía... un deseo indomable por ser "llovida", humectada, hidratada... y ese aire húmedo y ese olor a limpio y esa brisa fresca... que me desconcentraban nostálgicamente de mi intermianable labor...
Desde que vivo en Santiago valoro mucho los días grises y tengo estas sensaciones... en Temuco pasaba todo desapercibido.

4/11/2006

los sueños... ¿sueños son?

¿Por qué a veces soñamos cosas inconfesables?
Eso, porque no sólo cuando nosotros protagonizamos nuestros sueños, resultan algunos complicados de contar y perturbadores, hay veces en que soñamos con otras personas y las vemos haciendo cosas que nos avergüenza contar... es muy complicado convivir con el recuerdo de estos sueños penando en nuestra cabeza mientras uno intenta hacer su día normalmente.
Yo particularmente, sueño en colores y por lo general no soy muy activa en mis sueños, sino más bien espectadora y muchas veces en que sueño como espectadora me toca ver cosas por decir lo menos extrañas, incoherentes, vergonzantes.
Anoche soñé algo así... con mucha gente conocida y muy mal combinada (parientes con conocidos, etc.), donde la historia parecía tejerse al momento de ser contada (sin coherencia) y con actitudes de gente que quiero mucho, que me da pudor recordar.
A pesar de que no podía apartar mi mente del recuerdo de este sueño, hice todo como de costumbre y levanté a Darío, le serví su desayuno y una vez que se fue (7:45) decidí intentar tener otro sueño con el propósito de olvidar las imágenes cada vez más esparcidas por mis neuronas, sin embargo, grande fue mi sorpresa al descubrir que estas mismas pixeladas imágenes no me permitían quitarles la atención y si dormí entre las 7:45 y las 8:30, fue algunos minutos en que no soñé nada.
Me levanté pasadas las 8:30, esta vez definitivamente y como estaba Jan nos tomamos un té... después de ese momento de descanso, Jan volvió a sus gráficos y ecuaciones y mi cabeza siguió dándole vuelta al bendito y absurdo sueño... en eso recordé que es martes y decidí ir a la feria (no hay nada peor que caminar sola, cuando nos atormenta un recuerdo, pensamiento o sueño). Camino a la feria pensé "si no puedes con tu enemigo, únetele" y pusé toda mi energía en recordar al máximo el polémico sueño y sacar conclusiones del tipo racionales, como quien dice quitarle lo polémico y traerlo a un plano más lógico, en fin... intenté asumirlo y cuando lo estaba logrando ¡plaf! la feria encima mío... ¡diablos! debía poner atención o compraría puras leseras. Lo primero que pedí fueron papás (4 kilos por $1000) y el hombre que me atendío me dijo: ¿se siente mal? (y yo como le digo que sólo me atormenta un sueño).
Le respondí: no, es flojera no más.
Ah, bueno si es así, está bien... es que se le veía decaída.
Hasta luego lo despido y entonces hizo ¡puf! como una explosión de harina mi sueño. Ya estoy un poco grande para tener crisis emocionales del tipo púber.

La súper "raconusa".

"Cuando algo imprevisto ocupa tu mañana (se me había olvidado que era martes y había feria), no queda otra que improvisar"... y bueno, como venía de la feria hice como quien dice un casting y recluté a las verduras que me tincó y las eché a la olla y listo.
1/2 cebolla picada finita.
algunas hojas de cebollín, también muy picaditas.
1 zanahoria rallada en tiritas.
1 papa rallada pero con el lado del rallador que hace rodajas.
1 choclo cazuelero partido en tres.
3 pedazos de pimiento sin cáscara.
algunas hojas de apio bien verdes.
Cuando se vieron tiernas las veduras, le agregué:
1 cucharadita de sal.
1 caldo de ave triturado.
5 cucharadas rasas de sémola
3 de fideos (ojos de diuca)
2 de avena.
algunas ramitas de orégano.
Salió súper pida, contundente, nutritiva y sabroza.

4/10/2006

Y me llené de cajitas

Resulta que por las tardes me aburro... y es que tampoco nací para cuidar una casa y mucho menos la vida de otros, lo hago porque me toca y ya está. Mentira, si igual lo hago con cariño, pero no soy fanática, esa es la cuestión. Entonces las horas a veces pasan lento y la ansiedad me invade toda, me sumerjo en su mar y me hace suya.
Lo único que se me ocurre entonces, es inventar alguna "manualidad" que me haga olvidar que el tiempo (aunque no me sobra) un poco me abunda. Claro que si fuera una dueña de casa modelo, como las de antaño, seguro se me haría poco, pero como ya dije... no soy fanática.
A veces (pierdo) paso el tiempo haciéndome alguna prenda de ropa, realizando algún proyecto con Darío, dibujando figurines de diseños que traigo en la cabeza, blogueando, jugando con fotos en la compu o pintando alguna cosa...
Lo último que pinté fueron las sillas
de Darío, amarillas como la cubierta de su mesa y la respuesta que recibí fue: "yo no las quería pintar". Nunca sabré si le gustaron, me las regaló.
Pero lo que se volvió una colección fueron las cajitas... y es que sin querer, impulsada por lo económico que salía comprarlas, compre 21 cajitas de fibrofácil de 5 mm de espesor y ahora no sé que hacer con ellas.
Me estorban y me da rabia su inutilidad.
Unas son de arena blanca (Quisco), otras pintadas con témpera, otras dibujadas a lápiz, otras las decoré con plumas y todavía quedan cuatro en bruto... pero la pregunta es ¿qué las hago?

4/01/2006

Lazos matriarcales...

Cuando la Guillermina abandonó su cuerpo, una tijera cortó todos los hilos que unían a los personajes de mi historia materna.
Frente a su cuerpo desocupado se podía ver como se desataba el nudo que mantenía nuestros lazos de familia más íntimos, para que luego todos los cuerpos salieran disparados pensando en seguir sus vidas lejos de los juicios ajenos. Y es que quizá muchas de las almas de estos cuerpos en cierta medida viajaron con ella por un tiempo.A diez años de su muerte, pareciera que estos cuerpos perdidos, han llenado los agujeros de su ausencia, volviendo a reconstruir el concepto de familia que aprendí de niña.
...
Un día como hoy (1 de abril) murió una matriarca... pero su matriarcado se extinguió lentamente.
Ticha.