2/22/2006

PARADOJA

Siempre cabeza gacha, Mario tiene muy mala facha. Pelado y de vientre prominente, lo peor que hace es dejarse un bigote muy tieso y desteñido por los años.
“El hombre triste” lo llama ella, mientras lo observa diariamente desde su ventana refugiada en la tenue luz de su habitación. Ella supone que él vive solo, porque tiene muy poca prisa por volver a su casa cada noche y su ropa va siempre mal planchada, incluso, Laura cree haberle visto alguna vez, con los calcetines cambiados.
Él es un hombre triste y además una víctima de la vida, su propia vida, que asume su condición como una constante y no hace nada que pueda perturbar su amargura. Porque así como lo ven, es como él vive en paz y se siente feliz.
Ticha

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